Sept-Oct 2022 - Protejamos nuestros bosques [fr]
Los tiempos son oscuros. En septiembre, dos huracanes asolaron la región Antillas-Florida con una violencia sin precedentes. Miles de árboles fueron arrancados de raíz por vendavales que soplaban a más de cien kilómetros por hora. Hasta la fecha, más de 100 personas han muerto en la región.
En Francia, otros árboles, más pinos que palmeras, ardieron este verano, y el fuego devastó notablemente la región de las Landas y la región de Burdeos.
Una violonchelista francesa, Olivia Gay, ha decidido concienciar a su público sobre este tema esencial de la importancia del bosque, tocando su instrumento en medio de los árboles. Su programa “Whisper me a tree” ha sido apoyado por instituciones como la Academia del Clima y la Oficina Forestal Nacional. Es poco probable que el sonido de un instrumento facilite el crecimiento de los árboles, pero al menos podremos alegrarnos de ver músicos "fuera de los muros", para celebrar la naturaleza y promover la reforestación.
En este contexto, aparece otro motivo de preocupación dentro de la cofradía de arqueros, los que fabrican los arcos. Todos lo saben: para hacer sonar un contrabajo, un violín o una viola, nada mejor que un arco hecho de Pernambuco, nombre común del Paubrasilia echinata, especie endémica de la selva atlántica de Brasil.
Para defender su profesión, que implica la protección de este árbol, los fabricantes de instrumentos de cuerda - los luthiers - crearon el IPCI, o International Pernambouco Conservation Initiative, cuyo objetivo es replantar este árbol escaso y asegurar su protección. Hay mucho en juego, porque si los participantes en la próxima reunión de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Panamá, 14 al 25 de noviembre de 2022) deciden votar para prohibir cortar arcos en este árbol sería toda la interpretación de la música clásica, es decir, un patrimonio universal, que desaparecería en poco tiempo. Todavía no llegamos a eso, pero cada negociación tiene una importancia diferente según los puntos de vista. La moraleja de esta historia es que es fundamental proteger nuestros bosques.
Porque si desaparecen los Pernambucos, ¿quién podrá tocar Paganini o Sibelius?
