Editorial - Diciembre 2021 [fr]
Los archivos hundidos de la humanidad
Desde la invención de la escafandra autónoma por Jacques-Yves Cousteau y Emile Gagnon en 1943, la exploración submarina ha evolucionado mucho.
Los arqueólogos especializados en la exploración de los fondos marinos tienen ahora a su disposición sofisticadas herramientas, como el "Alfred Merlín", un barco de 46 metros que acaba de ser comisionado. Las campañas de exploración lideradas por el Departamento de Investigaciones Arqueológicas Subacuáticas y Submarinas podrán, por lo tanto, intensificarse.
Aquí, la reciente misión de una delegación de académicos ayudó a sentar las bases de una cooperación profunda destinada a destacar el patrimonio sumergido. La acción de estos expertos puede basarse en la convención de la UNESCO de 2021 sobre la protección y preservación del patrimonio cultural subacuático. República Dominicana ratificó este texto el 23 de septiembre.
Pero hay mejor que eso para seducir a todos los visitantes que tienen en mente “El tesoro de Rackham el Rojo” cuando navegan por las aguas turquesas del Caribe: el nuevo museo “el MAR” (Museo de las Atarazanas Reales), que ofrece a los curiosos una visión notable de los descubrimientos recientes realizados por los exploradores del fondo del océano.
El estudio de los naufragios que datan de la era de los piratas, como el de las eras contemporáneas, requiere los conocimientos de una nueva categoría de científicos, capaces de dominar las prácticas pesqueras así como la historia de los conflictos.
A este fascinante campo de cooperación es que se han dedicado los expertos franceses durante una misión que finaliza a principios de diciembre. Deseamos mucho éxito a estos aventureros de los espacios submarinos que esconden tesoros apreciados por un público aficionado a la arqueología.